Las fuerzas de la naturaleza, la comunidad y la bondad

Una invitada inspiradora comparte su historia de resiliencia después del huracán María.
Publicado por Airbnb el 24 de ago. de 2023
Lectura de 5 minutos
Última actualización: 24 de ago. de 2023

Highlights

  • Cuando el huracán María azotó Puerto Rico, la tormenta amainó en una semana, pero las consecuencias duraron años.

  • Carmen, coordinadora de la comunidad y cuidadora de profesión, tuvo que marcharse de su hogar, que quedó destruido.

  • Gracias a la colaboración entre Airbnb.org y SBP, Carmen pudo quedarse en un alojamiento en Airbnb cerca de donde vivía mientras reconstruían su casa.

Los viajeros y anfitriones que nos cuentan sus testimonios sobre la conexión, la resiliencia y la comunidad en tiempos de crisis son una fuente de inspiración. Este mes queremos rendir homenaje a Carmen Suriel, una residente de Puerto Rico que se vio afectada por el huracán María en 2017. Gracias a la colaboración de Airbnb.org con SBP, personas como Carmen pueden encontrar alojamiento temporal mientras su casa se reconstruye.

La casa de Carmen Suriel es su santuario personal. Está repleta de exuberantes árboles verdes con maracuyás colgando, hojas de plátano que apuntan al cielo y flores tropicales que inundan la puerta principal. Además, tiene a Coni, un conejo tan blanco como la nieve que protege el jardín de Carmen silenciosamente.

«Le gusta posar», bromea Carmen sobre el conejo, que es tan serio como adorable. Pero, en realidad, la que es modelo es ella: un auténtico modelo a seguir.

Nació en la República Dominicana, pero ha vivido en Puerto Rico desde que tenía 17 años. Crio sola a su hijo Emmanuel, que ha vuelto hace poco a la República Dominicana, donde ha formado su propia familia.

Además, Carmen se dedica a cuidar a personas mayores, una labor que despierta su lado más altruista y protector. No es de extrañar que, cuando el huracán María devastó Puerto Rico en 2017, ella y su comunidad se unieran para trabajar en la reconstrucción y recuperarse juntos.

Carmen siempre consigue despertar un sentimiento de unidad en su comunidad. Cuando un anciano enfermó, ella se encargó de coordinar a los vecinos para que entre todos, ella incluida, le llevasen sábanas, toallas y otras cosas que necesitaba. Y, cuando lo hospitalizaron, ella ayudó a cuidarlo.

Carmen asegura que esto no tiene nada de especial porque, en su comunidad, los vecinos se acompañan a las citas médicas, se ayudan si tienen que reparar algo en casa e incluso se arreglan las averías del coche los unos a los otros. «Aquí empatizamos mucho con la situación del que tenemos al lado», asegura Carmen sonriendo. «A la gente le encanta ayudar».

Durante el huracán María, Carmen se quedó con una mujer mayor a la que cuidaba y que vivía en el tercer piso de un edificio de apartamentos de Miramar, en Santurce. «Tuve que quedarme con ella siete días seguidos. La otra persona que la cuidaba no podía volver por la cantidad de árboles caídos que bloqueaban las carreteras», explica.

Carmen hizo todo lo posible por recoger los escombros, las ramas de árboles y toda el agua que había en el balcón de la casa sin que la anciana se diese cuenta, porque quería evitar a toda costa que se percatara de la tormenta que azotaba la isla. Sin embargo, fue imposible silenciar los aullidos del viento, que se escuchaban en todos los rincones de la casa.

«Nunca había visto un huracán así de fuerte», dice Carmen. «Que te cuenten cómo es un huracán no tiene nada que ver con tenerlo delante; una cosa es escuchar historias y otra muy distinta vivirlas en tus propias carnes».

Cuando Carmen volvió a su casa, se la encontró destrozada. El tejado se había derrumbado, todo estaba inundado y no tuvo luz durante meses.

El huracán María amainó en menos de una semana, pero sus efectos colaterales duraron meses y, algunos, incluso años. Barrios enteros sufrieron cortes de energía, hubo viviendas que quedaron totalmente destruidas y más de 3.000 personas perdieron la vida. Las organizaciones de la comunidad local fueron de las primeras en actuar ante la catástrofe y siguen ayudando a reconstruir la isla.

Las redes de apoyo mutuo (un sistema que dirigen las propias comunidades en el que las personas se apoyan mutuamente compartiendo recursos, dinero y tiempo) desempeñaron un papel importante en la recuperación de Puerto Rico. A día de hoy, su labor todavía queda patente con entidades sin ánimo de lucro como SBP, una organización de impacto social que colabora con Airbnb.org y que trabaja en la resiliencia y la recuperación ante los desastres.

SBP es una organización sin ánimo de lucro que reconstruye hogares después de catástrofes de gran magnitud y que envió equipos de ayuda a la zona en cuanto pasó el huracán, aunque su sección oficial en Puerto Rico no nació hasta julio de 2018. SBP y Airbnb.org aunaron fuerzas para garantizar que las personas tuvieran un lugar donde alojarse mientras sus hogares se reconstruían.

«Estamos en una zona propensa a los huracanes y los temporales, así que no es la primera vez que pasamos por esto, pero ninguno ha sido comparable al huracán María», asegura Edgardo Maldonado, director ejecutivo de SBP Puerto Rico y miembro de la comunidad de Carmen.

El barrio de Carmen fue la primera comunidad a la que SBP ayudó en Puerto Rico y la primera misión de Edgardo en 2019 fue precisamente la casa de esta dominicana. Hasta que no se pusieron a trabajar, Edgardo y los contratistas de SBP no supieron muy bien qué daños había sufrido la edificación, pero no tardaron en darse cuenta de que la madera se estaba pudriendo y de que era necesario reemplazar el cableado eléctrico y el tejado.

Gracias a la generosidad de nuestra comunidad, Carmen y su perrita pudieron quedarse con Ángel, un anfitrión que les ofreció un lugar seguro donde alojarse en su mismo barrio.

«Creo que para Carmen fue una alegría que el alojamiento estuviera en su comunidad», comenta Edgardo. Como estaba muy cerca de su casa, todos los días pudo ir a dar de comer a su perrita y, cuando estaban terminando las obras, ayudó a los voluntarios y a los contratistas a pintar.

«Parecía que mi casa estaba abandonada, como si allí no viviera nadie», dice Carmen. «Ahora está preciosa y es mucho más segura. Mis vecinos también recibieron ayuda (de otras organizaciones). Creo que nuestra comunidad tuvo mucha suerte».

Carmen recuerda su estancia con cariño y alegría. Acostumbrada a echar siempre una mano a los demás, en aquella ocasión fue ella la que recibió ayuda. Lo que más agradeció fue contar con un lugar donde descansar sin tener que alejarse demasiado de su casa. «Ah, y el aire acondicionado», dice Carmen riendo.

Mientras reflexionaba sobre los puntos fuertes de su carácter, su comunidad y su hogar, Carmen encontró su propia esencia. «He pasado por muchas situaciones difíciles, pero, al fin y al cabo, soy escorpio», dice. «Somos el único signo del zodiaco que tiene tres símbolos: el ave que vuela, la serpiente que repta y el escorpión. Sobrevivimos incluso bajo tierra».

Highlights

  • Cuando el huracán María azotó Puerto Rico, la tormenta amainó en una semana, pero las consecuencias duraron años.

  • Carmen, coordinadora de la comunidad y cuidadora de profesión, tuvo que marcharse de su hogar, que quedó destruido.

  • Gracias a la colaboración entre Airbnb.org y SBP, Carmen pudo quedarse en un alojamiento en Airbnb cerca de donde vivía mientras reconstruían su casa.

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24 de ago. de 2023
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