Alquileres vacacionales en Cangas de Onís

Puede que, a priori, su nombre no te diga demasiado, ¿pero a que te suena su famoso puente romano con cruz colgante? Sí, es ese: la foto más emblemática de toda Asturias. Como no podía ser de otro modo, hablamos de Cangas de Onís, un paraíso para los amantes del buen comer y la puerta de entrada a los Picos de Europa y los Lagos de Covadonga, una maravilla de la naturaleza que cambia con cada estación y regala paisajes de postal. Una vez en ruta por la serpenteante carretera que sube hasta los Picos, ¡no te pases el desvío al pueblo de Covadonga y a su imponente basílica! Y, para rematar la visita, sube hasta el Santuario de Covadonga, un minúsculo recoveco escarbado en la montaña que pone los pelos de punta.

Tanto verde no surge de la nada. Por eso, prepárate para un clima más bien húmedo de inviernos bastante fríos y veranos templados tirando a cálidos. Pero, claro, una vez allí, a nadie le amarga una buena nevada que vista de blanco esos paisajes que tanto has visto en las postales y en la tele. Eso sí, ármate de un buen abrigo, por supuesto gorro y guantes, y no le temas a la lluvia. Si hay algo que caracteriza a los asturianos, es que pocos de ellos utilizan paraguas. Acostumbrados a que llueva la mayor parte del tiempo en otoño e invierno, lo suyo son las capuchas. Así que, ya sabes, «donde fueres, haz lo que vieres»…

El arte prerrománico asturiano

Asturias puede presumir de un estilo prerrománico único, ¡que además está exquisitamente conservado! Puedes comprobarlo en el Monasterio de San Pedro, hoy en día Parador de Cangas de Onís y todo un referente de este singular arte asturiano, junto con la iglesia de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, ambas en Oviedo.

Una visita a Arenas de Cabrales

Si te gusta el queso, seguro que te dice algo la denominación de origen de Cabrales, una de las muchas que acumula Asturias (que parece tener más que ningún otro lugar de España). Por eso, no puedes marcharte sin acercarte a Arenas de Cabrales. Allí descubrirás la curiosa elaboración de este queso azul y, por supuesto, podrás hincarle el diente. También por la zona, concretamente en Benia de Onís, tienes un mercadillo anual de queso Gamonéu que no te puedes perder.

Una subida a Bulnes

Desde Arenas de Cabrales, sale un funicular que atraviesa la montaña y te lleva a Bulnes, un pueblecito perdido en los Picos de Europa en el que parece haberse detenido el tiempo. Si tienes ganas de hacer una bonita ruta de montaña de 8 km, también puedes ir andando desde Poncebos.