Alquileres vacacionales en Centro Histórico, Distrito Centro

El centro histórico de Málaga está lleno de posibilidades. La ventaja de una ciudad como esta es que, aunque tiene muchos habitantes y es una capital relevante, todo está al alcance de la mano. Si reservas un alojamiento en Málaga centro, no tardarás en comprobar lo cerca que están algunos de los mejores museos, las zonas comerciales o el mar Mediterráneo. Y si te gusta explorar, el centro histórico es perfecto para perderte en busca de los rincones con más encanto de la ciudad, esos que solo un malagueño de pura cepa conoce.

El centro histórico es una zona que se encuentra próxima al mar y eso, en comparación con zonas más interiores de la ciudad, puede suponer un poco más de intensidad en la brisa marina. En Málaga, en lo que se refiere al termómetro, los veranos son bastante cálidos, con temperaturas que pueden alcanzar los 30 grados o incluso más en julio y agosto, y con inviernos que se consideran suaves. Las lluvias, aunque no muy abundantes, aparecen más en otoño e invierno, pero tampoco llegan a ser precipitaciones muy intensas ni incómodas.

La alcazaba y el teatro romano

La alcazaba es algo tan representativo de la parte vieja de Málaga que hasta aparece en su escudo, junto al castillo de Gibralfaro. Tiene más de dos milenios de antigüedad y, desde su posición privilegiada, harás unas fotos dignas de Instagram con el horizonte malagueño de fondo y el teatro romano, que está a sus pies, en primer plano.

El Museo Picasso

Situado en el palacio de los condes de Buenavista, es el museo más visitado de toda Andalucía, pero muy recomendable. Si eres fan de Picasso, en el centro de Málaga también se puede visitar otro museo dedicado a este genio del pincel, en la casa donde nació.

Las tabernas del casco histórico

En la parte más clásica de Málaga, también hay espacio para la gastronomía y la diversión. Algunas de las tabernas más emblemáticas de la ciudad están en esta zona. Son establecimientos tradicionales, típicos andaluces; algunos llevan abiertos más de cien años, pero conservan su espíritu joven y te estarán esperando con unas buenas tapas y un vino fresquito.