Alquileres para vacaciones en Chinchón

Seguro que Chinchón ha patrocinado algunas de tus sobremesas más entretenidas. Sí, porque de este pequeño municipio al sur de Madrid es originaria y exclusiva la famosa bebida anisada. Y porque su nombre evoca inevitablemente al juego de cartas de los abuelos. Es además un pueblo con encanto que puede presumir de un casco antiguo con una bonita Plaza Mayor llena de balcones, escenario de más de una película, y de un insigne Teatro Lope de Vega, en honor a uno de sus visitantes más ilustres, y uno de los poetas más importantes y seductores del siglo XVII. Por si fuera poco, allí se comen pepitorias y potajes para chuparse los dedos, pero como se hacía antes: con tres platos y manteles de cuadros rojos. Por patrimonio gastronómico y cultural no será, ¿eh?

Con inviernos bastante fríos y veranos más bien calurosos (aunque secos y cortos), parece que las mejores estaciones para visitar Chinchón son la primavera y el otoño. Y, si hubiera que elegir, casi mejor aprovechar los meses de marzo a mayo, cuando los cielos despejados y las temperaturas más suaves invitan a echarse a las terrazas y las calles. Las temperaturas mínimas suelen rondar los 0-1 grados y son más propias de meses como diciembre, enero y febrero. Ahora bien, si decides aprovechar tu visita navideña de rigor a Madrid para visitarlo, tápate todo lo que puedas, echa mano de un paraguas y prepárate para, con suerte, disfrutar de un día de nieve.

La Plaza del Palacio

Si no sabes por dónde empezar tu recorrido, asómate a uno de los miradores del pueblo, su «Plazuela». Desde ahí verás la Plaza Mayor, localizarás la sobresaliente Torre del Reloj y hasta el castillo de los Condes.

La Torre del Reloj

Haciendo honor al dicho popular «Chinchón tiene una torre sin iglesia y una iglesia sin torre», la actual torre estaba unida a una iglesia, la de Nuestra Señora de Gracia, que debió de ser muy llamativa, porque fue uno de los objetivos con los que acabaron las tropas francesas en 1808. Lo único que sobrevivió a las llamas, como podrás imaginar, fue esta torre.

La ermita del Rosario

Más allá de su característico estilo barroco, esta ermita (y antiguo monasterio) destaca por su protagonismo durante la guerra civil, cuando su iglesia sirvió de celda para los presos del lugar.