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Barro es uno de esos pequeños municipios de Galicia donde la naturaleza y la arquitectura popular se funden de una manera muy especial. Aunque se encuentra en el interior de la provincia de Pontevedra, está a solo media hora de la costa de las Rías Baixas. En esta población formada por seis parroquias, el agua, la vegetación y la piedra conforman un paisaje particular del que podrás disfrutar en lugares como el parque natural Río Barosa, que puedes recorrer por el Sendeiro dos Muíños y donde descubrirás grandes remansos de agua y altísimas cascadas, algunas de hasta treinta metros de desnivel. Y, si te apetece explorar los paisajes desde las alturas, puedes acercarte al monte Acibal, desde donde se pueden contemplar las rías de Pontevedra y Arousa.

Como es de esperar en Galicia, el clima de Barro es muy lluvioso, sobre todo en otoño, invierno y primavera, aunque en verano la temperatura sube bastante y las posibilidades de lluvia bajan. Eso sí, vayas cuando vayas, no te puedes olvidar de echar un chubasquero a la maleta, porque aquí los aguaceros llegan sin avisar. Los inviernos son menos fríos que en el interior de la península, pero conviene que lleves ropa y calzado de abrigo para protegerte de la humedad. Si tienes ganas de disfrutar de unas temperaturas agradables y de algún que otro chapuzón en el río o en la costa, lo mejor es que vengas de mayo a octubre.

Iglesia de San Martiño de Agudelo

Es uno de los ejemplos de arte románico mejor conservados de la zona. Los líquenes que cubren sus muros y los relieves que decoran su fachada le dan un encanto particular. Muy cerca, encontrarás también la misteriosa casa rectoral, ahora sin uso. La abundante vegetación gallega la ha ido invadiendo a lo largo de los años y ahora parece una casa encantada.

El parque natural Río Barosa

Junto al río y las impresionantes cascadas que forma a su paso, toda la zona está muy bien preparada con mesas, fuentes, barbacoas y otros servicios para pasar un día redondo en el campo. En uno de los molinos más grandes que bordean el río hay también un restaurante. Aunque en verano viene mucha gente para bañarse, el lugar es tan espectacular que merece la pena acercarse.

Disfruta de su gastronomía

Algunos de los restaurantes del municipio están junto al río, en lugares idílicos donde sus disfrutar de un buen pulpo o un churrasco acompañado de una copa de albarino en un entorno de una vegetación exuberante.