Alquileres para vacaciones en Valdés

Luarca es una villa marinera de las que uno se enamora sin remedio al llegar. Con su puerto recatado, en forma de concha, y las casas presidiendo la pequeña bahía desde la ladera de la montaña, el escenario te abraza para no soltarte, aunque, probablemente, tú tampoco querrás irte. Con solo pasear tranquilamente frente al mar, recorriendo las calles del centro o a la vera del río Negro, sentirás un ambiente asturiano de lo más auténtico, al que luego pondrás olor y sabor tomando un culín de sidra y saboreando alguno de los platos más ricos del Principado. Pero ojo con las raciones, ¡que aquí siempre son tamaño XL!

El tiempo en Luarca es, como en toda la costa de Asturias, de temperaturas suaves y bastante húmedo. Ni en verano hace demasiado calor ni en invierno hace demasiado frío. Las máximas en julio y agosto suelen ir de los 20 ºC a los 25 ºC y las mínimas en invierno se quedan entre los 5 ºC y 10 ºC. Lo que no falla en Luarca es la lluvia. Aunque siempre cae menos durante los meses de verano, es frecuente el resto del año, así que es recomendable que traigas un paraguas o un chubasquero cuando vengas. También suele hacer viento, pero, si te gusta practicar deportes como el surf o quieres disfrutar del espectáculo del oleaje, algo que aquí nunca te faltará desde alguno de los miradores, tanto mejor.

El barrio del Cambaral

Este barrio medieval es una de las zonas con más encanto de Luarca, con callejuelas estrechas que van serpenteando empinadas hasta llevarte a rincones como la Mesa de Mareantes y Navegantes, junto a la que descubrirás la historia del lugar a través de las ilustraciones de sus bonitos paneles de cerámica, o el faro y la ermita de la Blanca, que se asoman a las aguas bravas del mar desde un acantilado.

Cabo Busto

Es uno de los cabos más impresionantes de la costa asturiana y, desde Luarca, puedes llegar caminando por un bonito sendero repleto de miradores y escenarios naturales sorprendentes. Pero lo mejor son las vistas una vez que llegas allí, sobre todo si el cielo está despejado y te pilla un bonito atardecer sobre el Cantábrico.

La gastronomía asturiana

Los clásicos que nunca fallan son la fabada y el potaje, pero, si quieres algo muy luarqués, pide el rollo de bonito, los calamares de potera o las empanadas caseras de merluza, sardinas y otras delicias del mar. Y, por supuesto, todo acompañado por una botella de sidra, la bebida asturiana por excelencia.