Alquileres para vacaciones en Cerdanya

La Cerdanya es un rincón situado entre el Pirineo catalán y el francés al que escapan muchos catalanes en busca de un lugar tranquilo y exclusivo en el que esquiar. Aunque, si escarbas un poco, te das cuenta de que también muchos peregrinos pasan por allí, ya que por él transcurre una parte del Camino de Santiago. Tiene muchas singularidades, y una de ellas es el pueblo de Llívia, una «isla» catalana entre las praderas verdes del territorio francés. Por la región también se encuentra el pico de La Tosa, un mastodonte de más de 2500 m que cuenta con su propio telesilla (si tienes vértigo, ¡no se te ocurra montarte!). Y eso que es el hermano pequeño del gran Puigpedrós, que roza los 3000 m…

Al tratarse del Pirineo catalán, qué menos que esperar un clima extremo de alta montaña, con inviernos en los que, día sí y día no, nieva y se llegan a helar los lagos de la zona. Pero como no todo van a ser malas noticias, el hecho de que la comarca esté atravesada por un gran valle lo protege de los vientos más gélidos y bloquea muchas de las borrascas que acechan la región. El resultado son más días de sol que otras zonas de montaña. Si quieres evitar las nevadas, basta con que no vayas los meses finales del invierno, cuando, según la gente del lugar, tienes más probabilidades de tener que esperar al quitanieves para poder sacar el coche.

El Valle de la Llosa

Atraviesa este valle de naturaleza salvaje, en su día camino de paso de contrabandistas y bandoleros, y encuentra maravillas como los lagos de la Muga. Hay rutas de unas dos horas que te llevan a conocer los recorridos más interesantes, así que ponte las botas, prepara la cámara, y... ¡ponte rumbo a la aventura!

El Camí de Sant Jaume

Este tramo del Camino de Santiago catalán es quizás el que más kilómetros tiene, pero también uno de los más hermosos paisajísticamente hablando, ya que atraviesa la comarca de la Cerdanya bordeando la orilla del río Segre. ¿Te atreves a hacerlo a caballo?

Llívia

Merece la pena hacer una parada en esta singular localidad gerundense dentro del territorio administrativo francés. Fíjate en su castillo, punto de partida de las murallas de la ciudad, y en su rico casco histórico, donde no puedes perderte la Farmacia Esteva, una de las más antiguas de Europa. ¡Algunos de los tarros vidriados de sus estantes pueden tener hasta cuatro siglos!