Alquileres para vacaciones en Haro

Es muy posible que vengas a Haro por el vino (por algo es la «Capital del Rioja»), pero seguramente te acabes enamorando del todo por otros muchos encantos que guarda. Pasear por el centro es hacer un viaje en el tiempo a través de sus épocas de esplendor. Aquí cada fachada es arte, o si no fíjate en su plaza porticada de la Paz, su palacio de Bendaña o el convento de San Agustín. A su gente, abierta y acogedora, le encanta salir de vinos o a tomarse el tradicional pintxo-pote por el barrio de la Herradura. Además, si te adentras en el barrio de la estación, encontrarás bodegas centenarias, algunas de las más famosas de España. Y, si paseas por los alrededores del pueblo, podrás disfrutar de bellos paisajes entre viñas y a orillas del Ebro.

El clima en Haro varía bastante entre el invierno y el verano. En verano, hace un calor seco y el cielo está mayormente despejado. Las temperaturas mínimas rondan los 23 ºC grados y las máximas, los 28 ºC. En invierno, hace mucho frío y hay muchos días nublados, y las temperaturas suelen ir de los 2 a los 9 ºC. La primavera y el otoño son unas buenas estaciones para visitarlo al ser más templadas. Además, ¡el campo se pone precioso! Eso sí, no olvides meter en la maleta un buen abrigo y un paraguas.

Visita una bodega riojana

Haro tiene mucha fama dentro del mundo enológico de La Rioja ¡y algunas de las bodegas más antiguas de la provincia! En muchas de ellas, te mostrarán todo el proceso de elaboración del vino, el tipo de uva y cómo apreciar un buen caldo en una cata. Escoge la que más te llame la atención y compara las experiencias que te proponen, porque hay mucha variedad.

Haro desde el cielo

Por insólito que parezca, también puedes ver Haro ¡volando! Atrévete a subir a un globo aerostático y déjate llevar por el viento mientras contemplas los viñedos y los espectaculares paisajes del valle del Ebro.

Ermita de San Felices

La ermita de San Felices se encuentra en lo alto de un impresionante risco. Es famosa porque en sus alrededores se celebra la Batalla del Vino, una romería en la que los participantes se rocían unos a otros ¡con vino, claro está!, pero también es uno de los rincones más bonitos de la zona. Está a solo 6 km del pueblo y se construyó en honor al patrón de Haro, al pie del cerro de la Mota. Desde lo alto tendrás unas espectaculares vistas de la Concha de Haro, un canal natural que abre un tajo entre rocas gigantescas producido por el paso del Ebro.