Alquileres para vacaciones en Matalascañas

Matalascañas es de esos pueblos especiales que sorprende y enamora a primera vista. Es uno de los destinos vacacionales favoritos de los propios andaluces para veranear en la costa de Huelva, aunque, la verdad sea dicha, hoy en día es uno de los sitios favoritos para pasar el verano de gente de toda España. Si te animas a ir a conocerlo y a pasar unos días, encontrarás uno de esos pueblos tradicionales andaluces que, además de buenas playas y buena comida, está muy cerca del Parque de Doñana, una de las joyas de la naturaleza más importantes de toda Europa.

En general, el tiempo en Matalascañas y en toda la Costa de la Luz es bastante cálido. El mes con las temperaturas más altas es agosto, cuando las medias llegan a los 25 grados, con picos por encima de los 30. El mes más frío es enero, en el que la media ronda los 11 grados.

La proximidad del mar será uno de tus grandes aliados para combatir el calor en verano, ya que ayuda a refrescar, sobre todo si estás paseando o comiendo al aire libre. Si tienes pensado visitar Matalascañas en noviembre o diciembre, tendrás que echar un paraguas en la maleta, pero no te preocupes porque no caerán buenos chaparrones.

El parque nacional de Doñana

Aunque Matalascañas ya tenga motivos propios suficientes para que pases allí unos días, que Doñana esté tan cerca es algo maravilloso, sobre todo si te gusta la naturaleza. Aquí se te abren muchas posibilidades, desde rutas de senderismo a excursiones en bici o paseos a caballo. ¡Hay opciones para todos los gustos!

Las rutas y senderos por el parque Dunar

Este parque está entre Matalascañas y Mazagón, y es perfecto para recorrerlo en bicicleta o para hacer senderismo. Allí también está el Museo del Mundo Marino, con exposiciones muy interesantes sobre el mundo marino y los cetáceos que habitan en esas aguas.

El paseo marítimo

Con un litoral de casi cinco kilómetros de longitud, aquí no podrás decir que no tienes espacio para caminar frente al mar. Tampoco te faltarán tiendas o chiringuitos en los que hacer una pequeña parada para repostar y continuar con el mejor de los ánimos caminando por uno de los paseos más bonitos del sur de España.