Alquileres para vacaciones en Sierra de Francia

Al sur de la provincia de Salamanca, muy cerca de Portugal y de la sierra de Béjar y lindando con Extremadura, se encuentra la sierra de Francia, un frondoso entorno natural plagado de bosques de castaños y robles y cultivos de olivos, vides y cerezos. Entre sus colinas, encontrarás bonitos pueblos serranos con una curiosa arquitectura popular, parajes tan espectaculares como el meandro del Melero o la cascada del Chorro y, sobre todo, una gastronomía muy tradicional, en la que el cerdo ibérico es el protagonista, que te dejará sin palabras. Si te apetece una escapada rural a un rincón poco conocido del interior, este es tu destino.

Al ser una comarca muy extensa, el tiempo en la sierra de Francia no es demasiado uniforme. Sin embargo, su altitud hace que, en general, las temperaturas no suban demasiado en ninguna época del año. Los veranos no son excesivamente cálidos por el día (raramente se superan los 28 grados) y las noches suelen ser frescas, así que procura llevarte un buen chaquetón, sobre todo si vas a salir cuando caiga el sol. En otoño e invierno refresca y es cuando más llueve, sobre todo en octubre, por lo que no puede faltarte en la maleta un buen chubasquero o un paraguas. Vengas cuando vengas, cualquier época del año es buena para visitar esta sierra y sus parajes naturales.

El parque natural de Las Batuecas

Además de contar con unos hermosos paisajes, alberga una gran biodiversidad. En él habitan buitres, águilas, cigüeñas, nutrias e incluso linces ibéricos. También cuenta con un curioso sendero circular con obras de arte integradas en la naturaleza al que llaman el «bosque de los espejos».

La Alberca

En este pueblo descubrirás la auténtica arquitectura serrana. Piérdete por el entramado irregular de sus calles entre fachadas de entramado de madera y adobe y balcones llenos de flores, pasea junto a la iglesia parroquial, desemboca en su hermosa plaza mayor porticada y conoce su rica producción artesanal de cerámica y bordados.

La gastronomía

La base de la cocina en la sierra de Francia son la tradición y los productos propios, elaborados de modo sencillo pero muy sabroso. No puedes marcharte sin antes probar platos como el zorongollo, una ensalada de pimientos asados aliñados con cebolla; el limón serrano, que combina la acidez del limón y la naranja con ingredientes como el huevo cocido, el chorizo o el jamón; y otros como el cabrito cochifrito o el hornazo, una especie de empanada típica perfecta para compartir en excursiones campestres.