Alquileres vacacionales en Valle del Jerte

El Valle del Jerte es sinónimo de naturaleza. Esta comarca, en la provincia de Cáceres, es muy conocida por el espectáculo que supone ver los cerezos en flor en primavera. Aunque cerezas no es lo único que hay por aquí. Para sorpresa de muchos, en el valle hay 11 pueblos serranos de origen medieval, de casas solariegas y pintorescas callejuelas, y se encuentra además a pocos kilómetros de Plasencia, un destino imperdible si estás por la zona. Tampoco te puedes marchar sin visitar el Museo de la Cereza en Cabezuela del Valle ni las piscinas naturales en el río Jerte, muy apetecibles sobre todo si vienes en verano. Eso sí, reserva con tiempo una de sus casas rurales para disfrutar de la experiencia al completo.

La situación geográfica única de este valle hace que tenga un microclima con temperaturas templadas incluso en verano, alguna que otra lluvia en invierno y una primavera suave que atrae cada año una gran afluencia de visitantes. Por eso, si visitas el valle en esta estación, prepárate para encontrarte con otros tantos viajeros que, como tú, nunca han visto semejante despliegue de cerezos en flor. Hay quien prefiere, no obstante, visitarlo en verano, huyendo del calor infernal de otras partes del país y de las multitudes de la primavera. Es una opción bastante inteligente, ya que el termómetro no subirá de los veintitantos grados y tienes infinidad de piscinas naturales para refrescarte. Eso sí, echa siempre algo de ropa de abrigo ligera por si acaso.

Los pueblos serranos

Aunque su nombre pueda despistar un poco, lo cierto es que se trata de unos pueblos con una arquitectura y unas calles laberínticas que te trasladarán a la época medieval. Además de un característico estilo rural, en estas aldeas encontrarás casas solariegas de adobe, bancales de cerezos, fuentes de piedra y hasta casas literalmente empotradas en la roca.

El Museo de la cereza

Si el manto blanco de cerezos en flor te ha dejado con ganas de conocer más sobre la cereza del Jerte, este museo en Cabezuela del Valle te dará una perspectiva más completa de su cultivo y de cómo la vida de sus habitantes gira en torno a él. Y, ya que estás aquí, compra en una de las cooperativas del pueblo un par de kilos de cerezas para el viaje de vuelta.

Las piscinas naturales en el río Jerte

Y para cuando te canses de tanto coche, un chapuzón en una de las piscinas naturales repartidas por el valle. Las hay casi vírgenes y más sofisticadas, pero en todas podrás nadar a gusto, tomar el sol y hasta tomarte algo en un chiringuito. ¡Sí, en los ríos también hay chiringuitos!